jueves, 3 de junio de 2010

El otro viernes, estuve por Oviedo, de trabajo. Vamos, que no estaba en tiempo joco-ocioso, por lo que busqué un sitio donde tomar algo rápido en una barra con una cerveza y listo. Mi compañero de esta ciudad me acompañaba y fue él quién tomó la alternativa de entrar en este comedero.
El local, muy rústico en su decoración y de aspecto saludable, libre de humos (de tabaco) no defraudó las expectativas que tenía puestas en él, que en un principio eran basadas en prejuicios y nada justificadas, ya que ya había decidido que en mi vida jamás entraría ahí por decisión propia.
No tenía mucha hambre, gracias a Dios, así que le dejé a su cuenta y riesgo la responsabilidad de elegir la suerte... Una de calamares y una de croquetas, y dos cervezas. ¿Calamares? ¿Croquetas? ¡Calamares y croquetas se volvieren!
Los calamares, de pálido color, apenas habían tocado el aceite de la freidora, lo cual no sé si es mejor o peor. Cartilaginosas tiras de un material no identificado aún con un sabor indeterminado que no pude analizar del todo bien a causa de la negativa a volver a meter algo de ese plato en la boca.
Las croquetas, esas bolitas de pringue con unos tropezones, casualmente cartilaginosos también, que tuve que escupir en una servilleta y disimuladamente dejar caer al suelo... (Porque soy un cortado, porque era para lanzarla hacia dentro de la cocina). Vamos, un primor... La cerveza no era de las que más me gustan, pero estaría bueno que tuviera motivo par quejarme de ésta también.
Por cierto, cuando entramos detrás nuestro venía fumando una chica a la que le rogaron muy amablemente que apagara el cigarrillo, pues es un local sin humos, como al principio reseñaba. Pero a los diez minutos parecía que se había declarado un incendio el la sala. El motivo, dos chuletones a la piedra de esos que te llevan para que hagas tu todo el trabajo y que llenaron de humo todo. Total que no salí del Tierrastur de la calle Gascona oliendo a tabaco, pero si a fogata. ¡Qué bien!
La cuenta, 24€. Bueno, no es caro, aunque me parece un dineral llevándome esta impresión del restaurante.
Ya se me había olvidado el paso por este "restaurante" pero al ver un grupo de admiradores en una conocida red social, no he podido morderme la lengua.
Saludos y espero de corazón no volver a tener que escribir en este blog.