jueves, 19 de enero de 2012

Ligero descontento en El Riojano

     Hacía tiempo que no me asomaba por aquí, cosa que aunque no lo parezca son buenas noticias. He venido con una amiga de la ciudad, Santander. La verdad, es que como la mayoría de las veces que he tenido que venir aquí, nunca había oído comentario negativo sobre la tasca, pero... Siempre hay una primera vez, y seré yo, aunque no sea ya precedente, el que lo haga.
      Este mesón de nombre El Riojano, está situado en la calle del Río de la Pila, bastante concurrida últimamente en Santander de tarde y de noche. El local está bastante conseguido y resulta acogedor en un principio. La carta es variada, hay un poco de todo, y parece que por el texto es todo apetecible... Yendo al grano; revuelto de perrechicos de primero y un entrecot troceado de segundo. En cuanto al primero, sólo decir que estaba bueno, pero también la duda de que esas setas fueran perrechicos, primero por el ligero sabos a champi, y segundo, por la fecha, ya que son setas casi de primavera...


 En cuanto al segundo, 300g de carne, bien cocinada, pero sin carne, como decía el chiste del filete 007, duro y con los nervios de acero. Parecía que la carne estaba unida entre sí por una alambrada de nervio que ni un buen cortafríos seccionaría. Al decirle literalmente al metre: la carne estaba un poco nerviosa, el profesional de la sala, con un pachorrismo directamente proporcional al volumen que él ocupaba en el restaurante,  contesta: Ah! sí? Y de postre, ¿tomarán algo? Antente la indiferencia por habernos servido un trozo de basura y el medaigualismo sobre: me da igual lo que te haya parecido la carroña que te acabo de poner... La respuesta fue negativa.
      Después de los más que exagerados 47€ decidimos ambos, mi amiga y yo, que debería entrar en este desinteresado blog. Muy a pesar de conocer al dueño y que me caiga bien.
      Lo más sorprendente, que al final, con la cuenta, te dan una encuesta de satisfacción, de esas que en la mayoría de los sitios confían que nunca se rellenen, o en caso contrario, sea para hacerles la inmerecida pelota (que de eso existe mucho). Estoy seguro de que mi educadamente cumplimentada encuesta terminará en la cocina de carbón junto con otras miles de otros clientes decepcionados.
      Salud.