jueves, 31 de diciembre de 2015

BALNEARIO LA HERMIDA

     Hacía tiempo que no encontraba un sitio digno para reflejar en mi blog, y aunque no lo crean, estaba contento por ello. Sin embargo, hace una semana estuve en este sitio de Cantabria (ya lo sé, parezco masoquista y tonto a la vez) y es que es acercarse por esta tierra y ¡zás! ya está, ya hay algo para el blog.




     Al lío. Fuimos mi mujer y yo a que nos dieran unas friegas con ungüentos. Llegamos al hotel a las 17:30 y nuestra cita en el balneario era para las 17:45. Allí, tras el mostrador, había una rolliza recepcionista con cara de pocos amigos. Tras anunciarle nuestra llegada, me echa una mirada de esas que te atraviesan, coge mi DNI y se pone a teclear. Las "buenas tardes" ya las había agotado todas en la cuadra de su padre con las vacas. Tras un largo tecleado, me da unas hojas para rellenar, el registro, la llave, no sé que papeles más, etc. Luego le pregunto por donde accedo a la zona de balneario y me suelta la información con el desprecio del que escupe una flema al suelo. Ni que estuviéramos entrando allí como okupas a su casa... En fin.

     Del balneario ninguna queja más que las camillas eran más duras e incómodas que si fueran de granito, pero las chicas muy amables y creo que profesionales (porque en estas cosas, y en alguna más, soy un ignorante).

      Al día siguiente bajamos a desayunar. Nos sentamos en una mesa para cuatro. No tardaron ni un minuto en levantarnos de allí para que nos pusiéramos en una de dos en su vacío salón para desayunos. La verdad es que el desayuno, llamarlo basuriento, sería ofrecerle un piropo. Zumo de naranja de los fosforitos, embutido elástico, pan malejo, café otro tanto de lo mismo,  poca variedad, poca cantidad y regado de la cara de pocos amigos del personal del hotel que allí se encontraba.

      Con la pasta que te dejas ( el año pasado fui a Sevilla tres noches por la misma pasta), ya podían ofrecerte una sonrisa (que es gratis) y no tratarte como un paria. Y gastar un poco más en el desayuno y no rozar el riesgo de envenenamiento. La chica de recepción del día siguiente era más amable y la habitación en sí no estaba mal, pero eso ya se me ha olvidado, porque yo sólo me quedo con lo malo.

      Salud y buenos alimentos.

lunes, 2 de marzo de 2015

MELIA CASTILLA (MADRID)

     Es la tercera vez que vengo a este hotel en mi vida. La primera en 1986, con mis padres. La segunda en Octubre de 2014. Y la última, pues bueno, estoy escribiendo esta nueva entrada sobre una de las camas de la habitación 701 de este Melia, mal llamado Castilla, y al que debiron haberle cambiado el nombre, porque el que le pega es "Castillo".

     La verdad es que el hotel, está tal y como lo recordaba en el 86. No ha cambiado nada exceptuando las televisiones. Aunque las podían haber comprado más grandes, porque si algo bueno tiene este hotel, son las dimensiones de la habitación, por lo que (al menos a mi) me queda excesivamente pequeña y no sé si la peli es de dibujos o normal. Pero eso es una nadería. Me explico:

      1.- La insonoricación del hotel es menos que insuficiente. Los ascensores no parecen ascensores, sino el tráfico de la M30 a las 08:00 AM.

     2.- El desayuno, que cuesta 30€ - 36€, tiene la misma calidad que el que me dieron una vez cuando me quedé tirado por la nieve en mitad de Castilla (qué ironía) y la Cruz Roja nos alojó en un polideportivo con latas de superviviencia más lo que aportó la caridad de los vecinos locales.

     3.- El parking sigue pintado para los coches de cuando se innauguró el hotel, Simca 1000, 600, Talbot Horizon, R5, etc... Por lo que meter un coche de dimensiones actuales es complicadísimo. Y la pastísima que cuesta...

     4.- He tenido la desgracia de comer y cenar en el hotel, en el buffet (no por decisión propia, si no por trabajo). La comida está hecha sin ningún tipo de estima propia por la persona encargada de cocina. No sé lo que cuesta, pero si tienes una hora, sal corriendo a comer a caulquier sitio de los alrededores.

      Como podéis ver, es un completo... A 190€ la noche (hoy) sin desayuno (un alivio)... ¡Ojico!

      Salud y buenos alimentos.